Tiempos revueltos, de protestas y de emergencia de una extrema derecha
en diversos países.
Localizándome en el medio rural y teniendo como telón de fondo las
últimas elecciones generales en el Estado español, confronto las
dinámicas autoritarias con aquellas que beben de la agroecología: ¿cómo
se están disputando ideas y prácticas sobre «emancipación», «tradición»,
«medio rural vivo»?
Artículo aparecido en el último número de la Revista Soberanía Alimentaria
https://www.soberaniaalimentaria.info/numeros-publicados/71-numero-36/694-sobre-agroecologia-y-extrema-derecha-en-el-mundo-rural
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26M ¿Cierre de ciclo municipalista?
¿Se ha cerrado un ciclo municipalista? No lo creo, más bien, como apunto en este artículo, nos damos cuenta que la reducción de la política al embate partidista acaba siendo un juguete en manos de las élites, o un rompecabezas que desata más personalismos que sinergias en su interior.
Explorar prácticas de cooperativismo, de cogestión de políticas públicas o de autonomía social no es, por otra parte, un asunto para reducir a la labor de instituciones públicas
La ultraderecha: el voto productivista contra el mundo
https://www.eldiario.es/ultima-llamada/ultraderecha-voto-productivista-mundo_6_843125696.html(Pincha para descargar artículo en Eldiario.es)
Llevamos décadas de revolución conservadora por parte delas élites. Hoy el neoliberalismo echa mano de la extrema derecha para envolverse y legitimarse en banderas, cruzadas racistas y autoritarismo patriarcal. Lo llaman «ultraderecha». Sus votos viene de arriba y trambién de un abajo que se siente amenazado, perdido, en precario. Omite límites ambientales, catástrofes no tan naturales y la responsabilidad de un capitalismo suicida.
En este artículo analizo las razones de ese ascenso, los perfiles de votos y, por supuesto, la naturaleza del Gran voto productivista que impulsa el neoliberalismo: aportemos más leña al fuego, echemos más exclusión y odio a las calderas, aunque el tren esté descarrilando cada vez con más fuerza.
Mi interrogante final:
¿Nos ponemos a cultivar otra sociedad y otra política que atienda a las necesidades sociales y a nuestros límites ambientales desde una radicalización de la democracia?
No debemos, nos deben (Córdoba)
No debemos, nos deben
La deuda municipal es el peaje que los cordobeses son obligados a pagar por mantener una economía extractiva
Artículo en Diario Córdoba, un 18 de julio
http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/no-debemos-deben_1060619.html
El viejo seringueiro
Ni centralidades, ni centro: la capilaridad municipalista
En este país llamado Extraña, vivimos cambios profundos en nuestras
culturas y formas de hacer política. Lo local importa, y mucho!!
El municipalismo ha venido para quedarse. Municipalismo que habla de
nuevas instituciones de protesta y de propuesta: 15Ms y PAHs, mareas y
nuevas huelgas de base, economías territorializadas…
Y desde el domingo se abren potencialidades, ventanas que gusta decir
ahora, para reforzar la mesa anterior a través de un Municipalismo en 3D:
Democratizar radicalmente, para establecer Derechos y desde una
De-Globalización de la economía.
Vientos para (dejarse) acompañar,
Se cuiden,
¿Y los hombres que? Reflexiones Feministas en torno a las masculinidades y la agroecología
Por lo general, el análisis de la insustentabilidad del sistema agroalimentario, sea el convencional o el que explora formas de cambio social agroecológico, ha prescindido de la mirada de género para entender su funcionamiento y reproducción. Pero todo sistema social está atravesado por relaciones de poder. Y las formas patriarcales hacen mella tanto en nuestras miradas como en nuestras prácticas.
En este artículo analizamos los retos de los varones y de la propia agroecología para que las masculinidades no construyan sistemas patriarcales, si no espacios de empoderamiento igualitario de hombres y mujeres.
¿Y los hombres qué? Reflexiones feministas en torno a las masculinidades y la agroecología
LEER EN Libro SA y Genero – PNeira Calle y Valcuende
Escrito por David Perez Neira, Ángel Calle Collado y Jose María Valcuende, para el libro Género, Agroecología y Soberanía Alimentaria, coordinado por Emma Siliprandi y Gloria Patricia Zuloaga, Icaria, Barcelona, 2013.
El cambio político se inició en el 2017 (Notas desde el 2020)
Seguimos escribiendo desde el 2020. En estos días, el revuelo de la asamblea constituyente y de noticias en torno a la quita unilateral del 45% de la deuda externa copan todas las cabeceras de los diarios digitales. Parece que el cambio “esperado” es hoy, es ahora. Que nada de lo escrito por las anteriores crisis y las nuevas formas de hacer política estas últimas tres décadas tuviera un significado más allá de ser avisos, episodios de rebeldía, atisbos del derrumbe del sistema institucional surgido en 1978 y tras la entrada en la Comunidad Económica Europea en 1986. Pero no es así. Si hoy hablamos de un 52% de la población sumida en la pobreza (con o sin empleo) es por la desaparición de los colchones familiares de apoyo (ahorros, empleos estables, pensiones) y el recorte de derechos sociales que serían implosionados por las élites a raíz del colapso financiero e inmobiliario entre el 2008 y el 2014…
(Seguir leyendo en Diagonal…)
El cambio político se inició en 2017. Notas desde el 2020 (II)
Protagonismo social y mundo libertario – ¿política del «y»?
Estamos en transición. Tiempo de repensar (haciendo) otras políticas. Y como parece que los rebeldes anda buscándose, lo que yo llamo la política del «y», habrá que extender esas reflexiones a muchos ámbitos. Con cautela y a la vez con urgencia:
a) porque en muchos casos nos venderán un leninismo 2.0 como prueba de nuestra «participación» cuando le damos a un click o aceptamos como ilusionantes formas verticales que anulan la creatividad social;
b) porque no vale quedarse en el sofá criticando que «la pureza ya no existe», sin prestar atención a que, o bien construimos otros mundos (poco a poco, en muchos frentes, con muchas personas distintas), o bien nos los construyen a la vieja usanza (quítate tú que me pongo yo, expresiones de extrema derecha, y todo lo que sirva para el retorno de «un padre» autoritario que nos sacará las castañas del fuego, aunque en realidad nos acabará quemando en él)
Miro, pienso, actúo y veo que esa ola de protagonismo social se puede acompañar desde muchos lugares: municipalismos que abren la puerta al auto-gobierno, sindicalismos asamblearios por retomarse, economías democratizadas o sistemas sanitarios más comunitarios y próximos… procesos acompañantes todos, con sus contradicciones, pero siempre sembrando para que las oprimidas (retomando a Freire) expresen dónde les aprieta la opresión y sean protagonistas de sus resistencias, de sus vidas…
Libertario es, para mí, búsqueda de libertades para otros y otras. Desde mi libertad, sujeta a equivocaciones y engaños. Y también desde la libertad de otras y otras: las que dudan, las que matizan, las que van por próximos caminos. Pero no valdrá (a mí no me vale, por lo menos) quedarse en la «libertad judeocristiana» de definir lo bueno sin haberse manchado el cuerpo con las libertades de quienes nos rodean; y que andan también buscando sus libertariedades…
(Otro buen artículo en Médico Crítico -Diagonal- me ha llevado a esta parrafadita: «apuntes para una crítica libertaria»)
Caperucita-bosque frente a la democracia peluda
Caperucita-bosque frente a la democracia peluda
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(En días en los que tratamos de renovar los caminos de la política, desde abajo)
– ¿A dónde vas Caperucita? le dijo un demócrata peludo al verla tan abajo en aquel bosque, junto a economías fértiles y a asambleas como setas
– Voy a hacer cotidiana la participación, a llenarla con necesidades de la gente, y a abrir las puertas de las instituciones republicanas todo lo que sea preciso…
– ¿Pero no está ya muy desfasada esa “abuelita”? ¿no querrías cambiarla por una democracia “digital”, con muchas plazas virtuales y muchos nombramientos a dedo?
– Uys no, es que ese cuento sí que es muy viejo
– Pues te tendré que comer igualmente
Y Caperucita, viendo que no comprendía lo bonito y útil de estos procesos abiertos, le endiñó varios catanazos de inteligencia colectiva a base de propuestas populares, métodos inclusivos, ya fueran palpables o binarios, creatividad cultivada desde las pluralidades y una mijita de municipalismo con su protagonismo social y todo
(desde entonces el lobo sigue contando cuentos, pero las caperucitas han hecho redes para cuidarse, y no por twitter precisamente)
– Tomando imagen de Pikara Magazine, Emma Gascó ilustradora-