Lo llaman democracia (sustentabilidad y democracia radical en el 15M)

El discurso de sustentabilidad y democracia se liga al “queremos decidir”, sustrato y apelación presente en todas las dinámicas de acción del 15-M. Sin duda, el discurso dominante es el de la reclamación de una democracia real, aunque sea de manera difusa, y es un discurso maestro, que permite enganchar y conectar otros discursos.

De esta manera, y de forma más concreta, le seguiría en popularidad un discurso de democracia participativa o de transformación de las actuales estructuras para conseguir más participación y más justicia social.

Junto a él, tomando como anclaje la organización “desde abajo”, encontramos expresiones y reclamaciones de democracia radical: autogestión social, política de proximidades, democracia directa, horizontalidad inclusiva.

Y es a partir de éste, fundamentalmente, donde se da cabida a una reclamación de participación y justicia, en este caso ambiental y promovida desde la relocalización de satisfactores (económicos, alimentarios, energéticos, políticos), que sería la base del discurso de sustentabilidad y democracia.

[…]

Es decir, junto a la proposición de satisfactores generales de crítica medioambiental, algunas de ellas muy cercanas a discursos y prácticas del ecologismo político, también se iniciaron reflexiones sobre satisfactores de proximidad, más en la línea de necesidades básicas “sentidas”, complementarias a necesidades o demandas más globales. Se da aquí un ejemplo de intersección entre discursos de democracia participativa (participación y modificación de las actuales agendas e instituciones) y democracia radical (propuestas de autogestión social).

Los tres discursos, por tanto, se encuentran en retroalimentación y pendiendo del discurso general, enmarcador y más difuso de “democracia real”. No obstante, subrayo, el discurso de la democracia participativa informa de más claves para entender los actuales manifiestos del 15-M (cómo se están nombrando propuestas más mediáticas y mediatizables); mientras que la democracia radical es un verbo o discurso práctico base de las dinámicas expresivas del espacio de movilización.

(De “El discurso de la sustentabilidad en el 15M”, El Ecologista, n. 72)

El discurso de sustentabilidad y democracia se liga al “queremos decidir”, sustrato y apelación presente en todas las dinámicas de acción del 15-M. Sin duda, el discurso dominante es el de la reclamación de una democracia real, aunque sea de manera difusa, y es un discurso maestro, que permite enganchar y conectar otros discursos.

De esta manera, y de forma más concreta, le seguiría en popularidad un discurso de democracia participativa o de transformación de las actuales estructuras para conseguir más participación y más justicia social.

Junto a él, tomando como anclaje la organización “desde abajo”, encontramos expresiones y reclamaciones de democracia radical: autogestión social, política de proximidades, democracia directa, horizontalidad inclusiva.

Y es a partir de éste, fundamentalmente, donde se da cabida a una reclamación de participación y justicia, en este caso ambiental y promovida desde la relocalización de satisfactores (económicos, alimentarios, energéticos, políticos), que sería la base del discurso de sustentabilidad y democracia.

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Es decir, junto a la proposición de satisfactores generales de crítica medioambiental, algunas de ellas muy cercanas a discursos y prácticas del ecologismo político, también se iniciaron reflexiones sobre satisfactores de proximidad, más en la línea de necesidades básicas “sentidas”, complementarias a necesidades o demandas más globales. Se da aquí un ejemplo de intersección entre discursos de democracia participativa (participación y modificación de las actuales agendas e instituciones) y democracia radical (propuestas de autogestión social).

Los tres discursos, por tanto, se encuentran en retroalimentación y pendiendo del discurso general, enmarcador y más difuso de “democracia real”. No obstante, subrayo, el discurso de la democracia participativa informa de más claves para entender los actuales manifiestos del 15-M (cómo se están nombrando propuestas más mediáticas y mediatizables); mientras que la democracia radical es un verbo o discurso práctico base de las dinámicas expresivas del espacio de movilización.

(De “El discurso de la sustentabilidad en el 15M”, El Ecologista, n. 72)